domingo, 14 de febrero de 2016

El origen de "San Valentín"

Hoy, día 14 de febrero, es un día rodeado en el calendario de muchos. Se trata del "Día de San Valentín", "Día de los enamorados" o "Día del amor y de la amistad" y, como todos conocemos, la costumbre nos "incita" (o compromete, según cada caso) a hacer un regalo especial (fruto de nuestro amor, cariño, aprecio...) a aquella(s) persona(s) que se encuentra(n) día a día a nuestro lado, en especial a nuestra pareja. No obstante, esta tradición, como todas, tiene un origen que muy pocos conocen, y... ¡eso es lo que precisamente vengo a contaros!.

Para ello es necesario que partamos de la base de que el actual "San Valentín" surge como resultado de la fusión entre las tradiciones paganas y católicas de la Roma clásica. Este mes, a diferencia de otros, era considerado "de romance". También se debe (entre otras cosas) a los ciclos de apareamiento de algunos animales, como es el caso de los pájaros en los países nórdicos, por ejemplo, asociando así la procreación directamente con el amor. En cambio, en el sentido más antropológico del asunto, ¿cuál es el motivo de que se llame "Día de los enamorados" o "Día de San Valentín"?¿qué tenía que ver ese Santo con la festividad?.

San Valentín
En primer lugar cabe decir que la Iglesia Católica reconoce a varios Santos con el nombre de "Valentín" o "Valentino", siendo todos ellos martirizados. Según la historia eclesiástica, "San Valentín" fue un sacerdote que sirvió durante el siglo III en Roma. El por aquel entonces emperador, Claudio II, llegó a la conclusión de que los hombres solteros eran mejor soldados que aquellos con esposa, familia y las preocupaciones que ello conlleva desde ambas partes, tomándose así la decisión de prohibir el matrimonio. En un clima de permisividad y poligamia como aquel, supuso un verdadero reto para la Iglesia de la época, que promovía la monogamia a toda costa y la unión entre dos personas (matrimonio de hombre y mujer) como algo sagrado. De ese modo el sacerdote Valentín, desafiando las órdenes del emperador, siguió celebrando matrimonios en secreto. No obstante, la clandestinidad duró más bien poco y, una vez llegado a los oídos del mismísimo Claudio II las acciones que llevó a cabo, ordenó de manera inmediata su condena a muerte, cuya sentencia constaba de tres partes fundamentales: comenzando con el golpeo, siguiendo con el apedreamiento y concluyendo, finalmente, con la decapitación. A partir de este punto surgen una serie de leyendas que ponen en entredicho los momentos previos a su muerte, como la visita de una mujer ciega (hija de uno de los guardias) durante el cautiverio del sacerdote, enamorándose ambos y manifestando su amor a través de la primera y única carta de amor que le envió a la mujer (de ahí las famosas cartas o tarjetas de San Valentín como tradición). También se cuenta que trató de ayudar al resto de cristianos encarcelados y sentenciados. Las matizaciones de ambas tienen como punto de encuentro la exaltación del romanticismo y heroicidad de este sacerdote otorgándole, posteriormente, el título de Santo.


Supuestos restos del Santo en la Iglesia de San Antón (Madrid)
Se dice que sus restos descansan aquí, en una iglesia de Madrid, concretamente en la de San Antón, en una urna de vidrio expuestos al público a partir de 1984, momento hasta el que permanecieron ocultos. Estos restos fueron regalados a Carlos IV en el siglo XVII, quien a su vez se los regaló a los Escolapios de Madrid. Ésta no es la única ciudad que afirma tener los restos del Santo, pues tanto en España como fuera de ella existen diversos puntos donde se afirma disponer de los originales. 




Los "lupercales" dando latigazos a las mujeres
Por otro lado, como parte del argumentario de la existencia de la festividad, tenemos el intento de la Iglesia por cristinializar la fiesta de "La Lupercalia", en la que se celebraba la fertilidad del dios de la agricultura, Faunus (Fauno), el 15 de febrero, así como rendir culto a Rómulo y Remo, fundadores de Roma. Los "Lupercos" o "Lupercis" (cuerpo especial de sacerdotes elegidos entre los ciudadanos) llevaban a cabo una serie de ritos conmemorativos, entre ellos el sacrificio de una cabra para la fertilidad y un perro para la purificación, despellejándoles posteriormente. Con las tiras de piel de la cabra, mojadas en la sangre del sacrificio, se daba latigazos a las mujeres y a los campos, en busca de la fertilidad (cosa que las mujeres veían bien y necesario para alcanzarla). Además, también se metían el nombre de todas las mujeres en una urna para que los solteros se emparejaran con ellas con un período mínimo de un año, terminando, normalmente, en casamiento. Con el fuerte arraigamiento del cristianismo, a finales del siglo V, el papa Gelasio declara el 14 de febrero como día oficial de "San Valentín". La asociación con el amor no se dio hasta bien entrada la Edad Media. Al principio, sólo unos pocos (miembros de la nobleza, reyes...) lo celebraban a través de diversas formas pero, con el paso del tiempo, poco a poco fue calando en la sociedad hasta que en el siglo XVII se extendió de manera definitiva.


En la actualidad (y en mi opinión personal) esta fiesta se ha vestido con el traje del consumismo, siendo muchas empresas las beneficiarias de la compra masiva de objetos (en especial abalorios) y diversas actividades en pareja de diferente envergadura (comidas, cenas, viajes, cruceros...) con el fin de "demostrar a tu pareja que la quieres" a la vez que "quedamos bien a ojos de todo el mundo" (aunque tristemente este orden en algunas parejas más bien se invierte). Aunque a pesar de mis críticas soy el primero que celebra el San Valentín con mi pareja, lo hacemos a nuestro modo. Es más, opino incluso que cualquier otro día es tan válido como especial para regalarle a tu pareja algo que demuestre lo que la quieres (e incluso más, porque un día como hoy regalan el 95 % de las parejas). No obstante, como yo siempre digo "no hay mejor regalo para este o cualquier otro día que el hecho de poder compartir momentos, sonrisas, caricias, besos...con la persona que quieres". Ahí os dejo con eso.

¡Feliz San Valentín!

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