jueves, 31 de diciembre de 2015

Valoración personal del 2015

Como viene siendo costumbre en los últimos fines de año, hoy es un día de reflexión, de balance, para mí. Una jornada en la que toca poner sobre la palestra los acontecimientos personales más relevantes del año y valorarlos. Hoy, al fin, ha llegado ese "gran día", el último de ellos, del último mes, y en nuestro caso particular, de este año 2015. 

Me resulta imposible (e inapropiado también, os lo confieso) poner todas y cada una de las cosas que han marcado mi 2015. No obstante, sí que os puedo decir que ha sido un año de gran peso. He experimentado cosas realmente buenas que a mi juicio me han enriquecido en gran medida como persona. He procurado cuidar de esas situaciones e incluso favorecererlas con el fin de que se repitiesen a lo largo del tiempo e incluso me he propuesto como objetivo seguir propiciándolas. En cambio, por otro lado, también he vivido cosas que han sido "no tan buenas", pero, como hay que hacer con todo en la vida, he decidido extraer un aprendizaje de ellas.

Este año soy más consciente que otros de la verdadera importancia que desempeñan las personas que te acompañan en tu camino, de los verdaderos amigos y la verdadera pareja que te cuidan y velan por ti, día tras día. También de la familia, por supuesto, con un cariño hacia tu persona de lo más incondicional. Cada momento con ellos es único e irrepetible, y ésa es razón suficiente como para exprimirlo y sentirlo al máximo. Además, las situaciones adversas que han podido compremeter cada una de estas relaciones han resultado fortalecerlas más (si cabe), dándome la mayor prueba existente de una base sentimental sólida. Algunas personas se van, y otras vienen, está claro, aunque como he hablado muchas veces con mi círculo, al final sólo se quedan aquellos que realmente quieren quedarse contigo. Hoy por hoy puedo decir que todas las personas que ocupan un espacio importante en mi vida lo hacen porque me aportan algo, por pequeño que sea, que nos convierte (a cada uno de ellos y a mí) en la manifestación más pura de la reciprocidad.



En el plano laboral, estoy realmente contento. A primeros de año conseguí un trabajo de lo mío, la enseñanza, en el que no paro de aprender, tanto de mí mismo como de mis alumnos, permitiendo que siga creciendo a nivel profesional de cara a mi futuro en la docencia. Además, el clima es de lo más favorable y respetuoso, cosa que considero indispensable a la hora de desempeñar cualquier empleo, independientemente del que se trate. Siento que cada día de trabajo es una aventura nueva y lo afronto con mucha alegría e ilusión.

Con respecto al año pasado, soy una persona totalmente diferente para bien. A pesar de todas aquellas situaciones que el año anterior hicieron que lo pasara realmente mal, además de las que he podido experimentar este año, puedo decir que gracias a todas y cada una de ellas (junto con las buenas, por supuesto) hacen que a día de hoy pueda ser el tipo de persona que soy, y que pueda regalar a todos aquellos que me lo permitan, la mejor versión de mí o, como mínimo, una de las mejores versiones que hayan existido hasta ahora. 

Por eso, ya para terminar, a todos aquellos que hayáis dedicado un tiempo para leer estas líneas, en primer lugar, como siempre, daros las gracias por hacerlo; también animaros a continuar con la vida con una gran sonrisa, en especial para aquellos que no lo estéis pasando bien por vuestras circunstancias personales y deciros que, por mi experiencia, de todo lo malo se acaba saliendo, y que estoy seguro de que todo aquello (bueno y malo) que ocurre, tiene un sentido y, el día de mañana, siempre y cuando hagáis un filtro responsable, acabará definiéndoos como persona e incluso, permitiéndoos ser la mejor versión (o una de las mejores) de vosotros mismos para vosotros y para los demás; mis más sinceros deseos de felicidad para todos, consecución de objetivos y éxitos de todo tipo y, cómo no,  feliz salida y entrada de año. Se cierra un importante capítulo y empieza uno nuevo, con toda la emoción que ello conlleva.



¡Feliz 2016!.

viernes, 25 de diciembre de 2015

La Navidad

La Navidad siempre ha sido sinónimo de decoración, compras, grandes reuniones con amigos y familiares, regalos, frío... un conjunto de circunstancias y tradiciones que nos recuerdan el significado, el simbolismo de estas fechas a todos. Lo celebramos año tras año, en especial por los niños, viviendo momentos mágicos y cargados de ilusión, permitiéndonos también hacer un balance entre las (buenas y malas) acciones, motivado por una proximidad al fin del año actual y el comienzo de uno nuevo. En cambio, ¿alguna vez nos hemos preguntado cuál es el origen de la festividad?¿por qué se hace lo que se hace? y ¿siempre ha sido así?. Una vez más (como hice con Halloween) os invito a conocer las raíces de esta celebración y sus costumbres, desgranando su sentido y descubriendo detalles que incluso hoy día, sorprenden.

Sin duda alguna, si hay algo que nos recuerda a la Navidad, en primera instancia, son las luces navideñas. Como producto con la clara finalidad de decorar todo tipo de ornamentación, surgen unas pequeñas bombillas que dotan a las calles y a los hogares de un juego de color, alegrando a la vez que sorprendiendo (siempre que uno se para a observarlas con detenimiento). No obstante, antes de cumplir dicho cometido en las fiestas en las que estamos, su objetivo era claro: iluminar las pequeñas centralitas telefónicas de 1882. Fue entonces cuando se dieron cuenta de la verdadera belleza que estas lucecitas irradiaban y decidieron cambiar su cometido y hacer más intermitente su papel con el paso del tiempo, limitando su uso una vez al año, como se hace en la actualidad.




Festividad de Yule
Otro gran icono navideño es el tradicional abeto que se coloca en cada hogar. Su origen se remonta hasta hace casi 2000 años. Aprovechando el recién estrenado solsticio de invierno, era tiempo de celebración debido a que, a partir de entonces, los días comenzaban a hacerse cada vez más largos tras la noche más larga. Se celebraba la "festividad de Yule" (en el nórdico antiguo, "Júl"), época propicia para las grandes matanzas del ganado que se había alimentado durante todo el año, y, ante la imposibilidad de seguir alimentándolos durante el duro invierno, se servían cocinados en forma de gran festín. Además, se aprovechaba para quemar un tronco, concretamente conocido como "leño de Yule", y se hacía arder durante 12 horas, esparciendo las cenizas por los campos y hacerlos fértiles. Finalmente, esto terminó culminando en llenar el hogar de plantas de hoja perenne, entre ellos, el abeto que hoy día seguimos utilizando.

Las Saturnales, fiestas con grandes banquetes y regalos
Con la llegada del Cristianismo y, a través de sus evangelios, se añadió algo más (aunque sin fecha predefinida) a lo que hoy día conocemos como Natividad: el acontecimiento del nacimiento de Cristo, el hijo de Dios, y la presencia de una estrella que guía a tres figuras pertenecientes a la realeza oriental y que llevan ofrendas al niño que, un día, será relevante. Por el contrario, cabe destacar que, antes de que estas tradiciones se atasen directamente a las anteriores, se realizaban unas fiestas paganas romanas por estas fechas, las "Saturnales", que acontecían desde el 17 de diciembre hasta el 23 de diciembre, y en los que se encontraban presentes, además de los grandes banquetes, el intercambio de regalos. También celebraban las fiestas de año nuevo, durante 5 días, que coincidían con el cumpleaños del Dios "Sol invictus", coincidiendo con el solsticio de invierno. De esta manera, la Iglesia, en aras de conseguir seguidores no creyentes, terminó por absorber estas celebraciones, asignando así, el nacimiento de Cristo, el mismo día 25. 


George III y Charlotte, decorando su árbol en 1762 

Durante un tiempo, los cristianos de la época utilizaban estos días para ir a la Iglesia, encender velas y rezar. De forma paralela, se desarrolló otro tipo de celebración secular en las calles por parte de la población. Consistían en todo lo contrario a la Iglesia (ruido, grandes fiestas, una gran cantidad de gente por las calles...) que eclipsaban el contexto opuesto, de forma que, con el trascurso de los años, las autoridades cristianas terminando prohibiendo estas celebraciones. Tras un periodo indefinido de calma y de celebración exclusiva en la Iglesia, comenzaron a surgir los "villancicos", aunque cantados en latín. Fue entonces, tras un tiempo, cuando empezaron a cantarse en las lenguas vernáculas, tal y como los conocemos ahora. Debido al malestar generado entre el pueblo (y manifestado a través de diversos actos) por la prohibición de las festividades que se llevaban a cabo "puertas para afuera" de la Iglesia, los cristianos decidieron permitirlas nuevamente, aunque llevándolas al terreno más privado (familiar, en los hogares) y quitarle ese "carácter público" con el que habían surgido en un principio, evitando así el molesto ruido que ocasionaban. Fue entonces cuando, después de tomar un carácter más privado limitado a la familia y el hogar, se decoró el primer árbol de Navidad, de la mano del rey George III y su mujer, Charlotte, en 1762, propiciando que el resto de la sociedad inglesa, medio año después, hiciese lo mismo.


San Nicolás de Bari, el origen de Papá Noel
Pero si hay una figura verdaderamente eje en las Navidades (en especial para la cultura estadounidense), esa es la figura de "Santa Claus" o "Papá Noel" ("Saint Nicholas" en inglés). Y es que, como ocurre con todo, su figura fue evolucionando desde su origen: la idea surgió de un neoyorquino, Clement Clarke Moore, que en 1822 publicó un poema de 52 versos titulado "Una visita de San Nicolás" que acontecía la noche antes del día de Navidad, llenándolo de descripciones de la figura de Papá Noel, además de tradiciones colectivas y propias. Los primeros bocetos de su figura, unidos a las características propias del Santo Nicolás (Nicolás de Bari, famoso por repartir regalos a los niños) y las características de su versión holandesa, "Sinterklaas" (con una abundante barba blanca y que surcaba los cielos en un caballo) empezaron a delimitar la primera silueta de este icono. Otra de las cosas que se adoptó de esta última figura fue la presencia de un ser malévolo que acompañaba al "Sinterklaas" y que castigaba a los niños malos. En cambio, esta figura terminó por perder la "personificación" como ser malvado y terminó en adoptarse en la actual forma de carbón que conocemos. Sumando todo ello, la primera descripción que se tenía de Papá Noel era la de "un elfo feliz y enano, delgado, con barba blanca, con una pipa y un saco que llevaba a su espalda, cargado de regalos" añadiendo que, en lugar de surcar los cielos con un caballo (como el "Sinterklaas"), adoptó un trineo con 8 renos.
"Sinterklaas", el San Nicholas holandés
Thomas Nast, el otro neoyorquino encargado de "darle forma", fue el que llevó sus cualidades recientemente adquiridas al papel, añadiéndole, con el paso de los años y su evolución (y necesidad de adaptación) del personaje, el traje rojo, el cinto, la lista de niños "buenos y malos" además de su ubicación en el Polo Norte.


Debido a la creciente necesidad económica del comercio por aquel entonces, las empresas se apropiaron de la imagen de Santa Claus y la convirtieron en "la cara de la Navidad" con el fin de aumentar sus ventas. Gracias a ello, los bocetos publicitarios que invitaban a la compra añadieron los últimos atributos de éste, como el hecho de "bajar por la chimenea", los "calcetines colgantes que se llenan de dulces" y "el carbón de los niños malos" (también relacionados con estos ítems, aparte del ser malvado que acompañaba a "Sinterklaas"). Además, se dio nombres a los renos que lo llevaban, siendo el más característico el reno "Rudolph", por su nariz brillante. 

La versión de Papá Noel por Coca-Cola

La televisión también jugó un papel importante a través de la programación navideña y anuncios publicitarios, con dibujos y animaciones que entretenían a mayores y pequeños frente al televisor, a la vez que consolidaban las diversas interpretaciones personales de la Navidad. Surgieron adaptaciones televisivas de "Cuento de Navidad" de Dickens, de la historia "Cómo el Grinch robó la Navidad" y "Charlie Brown y el sentido de la Navidad", consiguiendo (en especial esta última) aunar el carácter religioso de la festividad con el meramente familiar.


Tras este largo recorrido por la historia de la Navidad, sólo queda dar mi pincelada reflexiva sobre la tradición: para mí, la Navidad, tiene un sentido familiar, hogareño, en el que se demuestra (con más razón y a la vez con más fuerza que el resto del año) que quieres a la gente que quieres y por qué la quieres. La "excusa" perfecta para sentirte más cerca de los tuyos, de tener detalles con ellos, de sentir más su "calor" como familiares, amigos, pareja... y compartir grandes momentos de risas, diversión, anécdotas... que a lo largo del año "no sientan tan bien" o "no calan tanto" como lo hacen ahora. En definitiva, valorar todo lo que tienes y disfrutarlo, por encima de cualquier otra característica propia de estas fechas (decoración, regalos, banquetes...) que, aunque contribuyen, por sí solos, no dejan de ser "simples añadidos". Al fin y al cabo, la verdadera Navidad (y su "regalo") significa tener gente con quien compartirla, por encima de cualquier cosa, lo que hace de ella, una festividad perdurable en el tiempo.

Muchas gracias y ¡feliz Navidad!.  


jueves, 10 de diciembre de 2015

Educación en valores: la asignatura "pendiente" de nuestro sistema educativo

La sociedad se encuentra en constante movimiento. La educación, como pilar fundamental de la misma, también va cambiando de manera progresiva con ella, aunque no siempre al mismo ritmo, tratando de adaptarse a las necesidades que demanda. El incorrecto enfoque por parte del profesor (o el incorrecto entendimiento por parte del alumnado, padres, comunidad educativa en general…) del verdadero sentido de la escuela ha hecho mella en lo que como (futuros) profesores queremos inculcar, dando lugar a conexiones erróneas que lo vinculan directamente con la obtención o no de un empleo (a veces incierto) de los que (han sido, son y) serán nuestros pupilos. Además de alcanzar una serie de objetivos, transmitir correctamente una serie de contenidos, evaluar siguiendo unos criterios, hacer partícipes al alumnado de los procesos de enseñanza-aprendizaje (feedback) y fomentar el resto de tipologías relacionales existentes (profesor-alumno,  la recíproca alumno-profesor e incluso alumno-alumno, padres-alumno, padres-profesor etc…), lo que realmente queremos alcanzar se resume en una palabra que reduce todas estas interacciones, aprendizajes, enseñanzas, procesos, habilidades, destrezas, competencias y conocimientos: EDUCACIÓN ESCOLAR.


Personalmente distingo dos tipos de subcampos dentro de este término: la educación en conocimientos (que englobaría todo aquello relacionado con las materias en cuanto a lo que nosotros conocemos como contenidos "conceptuales" y "procedimentales") y, por otro lado, la educación en valores (también estrechamente relacionado con las materias, aunque no en su totalidad, pues este tipo de contenidos clasificados como "actitudinales"). En cambio, a veces, olvidamos la última rama que he mencionado y que no por ello es menos importante (fundamental) ya que es la que conseguirá formar a nuestros alumnos en el tipo de ciudadano crítico-reflexivo que pretendemos que llegue a ser el día de mañana, con personalidad propia, principios, valores, actitudes, comportamientos…







Como futuro docente me preocupo de manera especial sobre esta última cuestión, que, por desgracia, no está contemplada como tal en el Currículo de Primaria. En primer lugar hay que tener en cuenta que es una educación que no sólo se encasilla en el ámbito escolar, sino que también se obtiene en el familiar, o el personal. Dentro de los centros es imprescindible saber cómo gestionar adecuadamente los conflictos, e incluso, siempre que sea posible, extraer de ellos una enseñanza o suscitar a los niños a la reflexión a través del análisis de ellos. En algunas ocasiones, estos conflictos pueden surgir como fruto de las interacciones que se producen en el aula (relaciones de amistad, compañerismo...que se ven vulneradas), en los que es nuestra intervención como mediador y guía es necesaria e imprescindible. En cambio también hay otros casos en los que nosotros nos vemos "atados de pies y manos" a la hora de solucionarlos (problemas de los alumnos con algún progenitor del tipo "falta de autoridad", alteración del núcleo familiar por separación, viudez, ... e incluso algunas más graves como algún episodio de maltrato, regular o aislado) que pueden afectar el comportamiento del niño e incluso confundir su noción sobre "lo que está bien y lo que está mal". Por ello es responsabilidad nuestra que como educadores (y con el apoyo y colaboración de los padres, siempre que sea posible) elaboremos actividades encaminadas al debate y a la reflexión de diferentes posturas, puntos de vista, modos de acción... . Imagino que algunos leyendo estas líneas pensaréis que ya existe una asignatura "encargada de abordar" estos contenidos y llamada "Educación a la Ciudadanía" (dejadme deciros que tuve la oportunidad de revisar uno de sus libros y lo que me encontré es "una asignatura aburrida en el que lo único que hay que hacer es leer textos sobre valores y responder a unas preguntas, sin ir mucho más allá") pero, desgraciadamente, no es la solución. Desde luego, el "qué" no es el problema en esta asignatura, sino el "cómo", que viene a seguir en la misma línea que otra asignatura convencional, sólo significando para el niño "otro libro más que llevar en la mochila" con todo lo que ello conlleva (más deberes, más aburrimiento en clase, ... ). Una vez vi esto pensé que podía dar un aire innovador y, aprovechando mi periodo de Prácticas y mi oportunidad como "profesor en funciones" (baja de mi tutora), no se me ocurrió una mejor manera de inculcar a los niños valores que buscar algunos dilemas morales que, como su propio nombre indican, les generasen un conflicto que suscitasen una respuesta basada en los valores que ellos mismos tenían. 

Un dilema moral (definición propia) se trata de una situación compleja que requiere solución a través de una toma de decisiones (no siempre sencillas) con una base moral. Estas decisiones, normalmente, no son más o menos acertadas, sino que producen un conflicto en el individuo debido a la carga ética que contienen. El individuo ha de "priorizar" entre sus valores para llegar a la solución "más acertada" (en cuanto a él se refiere) y poder "resolverlo". Me topé por primera vez con un dilema moral (al menos que yo recuerde) en mi primer curso de carrera (concretamente en la asignatura de "Psicología del Desarrollo") y me pareció una manera fascinante de "poner a prueba" los valores de cada niño en la Educación Primaria. De esa manera busqué por la red y me topé con algunos muy complejos a la vez que interesantes. Los adapté a los niños modificando/añadiendo algunos matices, preferentemente contextuales, que tuve muy en cuenta en aras de favorecer la empatía entre alumno, personaje(s) y situación:

1. Edad: normalmente, no venía ningún tipo de edad predeterminada. Simplemente, no parecía relevante, así que yo les puse una edad igual (o cercana) con el fin de favorecer  el "ponerse en la piel de".

2. Ubicación: otro aspecto que normalmente se pasaba por alto. No evidenciaba en ningún caso en dónde se producían los acontecimientos. Elegí la población de San Fernando de Henares dado que mi centro de prácticas se ubicaba allí y el lugar donde residían todos los niños. Además, también solía situarlos más específicamente en un centro escolar e incluso en el mismo colegio.

3. Situación: buscaba situaciones cercanas a las que se suele dar en el aula y que suponen un "problema" a la hora de resolverlos: robos con algún testigo, situaciones conflictivas en el recreo, agresiones.... que requieren de muchos valores que poner "sobre la palestra".

4. Preguntas: añadí una serie de "preguntas guía" para que a los niños les fuese más fácil reflexionar. En algunos casos, invertía los papeles de los personajes y/o les involucraba de forma directa en el conflicto, haciéndoles testigo, o poniéndoles en la piel de algún personaje principal para ver su reacción, su argumentación, etc... .

5. Debate: lo que más nos gustaba a todos y, sin duda, de lo que más disfrutábamos de la actividad. Pensé que el hecho de tener una gran variedad de respuestas y justificaciones enriquecería a los niños, a la vez que les haría contemplar más de un punto de vista. También quería valorar hasta qué punto podían defender sus respuestas, si variaba conforme escuchaban a otros compañeros o si por el contrario permanecían inalterables.

El resultado de este pequeño "experimento" fue todo un éxito para los alumnos (que estaban deseando que llegase el día para que les trajese más) y de algunos profes que me felicitaron por una iniciativa así (de hecho algunos me pidieron copias para llevarlo a cabo en sus clases también). No es, ni mucho menos, el invento del siglo, pero creo que son estas pequeñas acciones las que marcan la diferencia entre una enseñanza tradicional (el famoso librito de "Educación a la ciudadanía") y una enseñanza innovadora, atractiva, con el mismo objetivo que la primera pero llegando de diferentes maneras, una enseñanza más personalizada y orientada a extraer el máximo potencial de los niños, trabajando de una manera de lo más cómoda y divertida posible para ellos (y también para nosotros, los profes).

Por ello, me gustaría dar un buen cierre con una cita sobre la educación, aunque para mí es mucho más que una simple frase célebre que alguien pudo decir en un momento dado de su vida: es un eco resonante en mi cabeza cada vez que enseño, un himno, un lema, una insignia y una bandera. El verdadero objetivo a conseguir para el buen profesor y lo que de vez en cuando hay que enseñar, recordar, grabar y transmitir (en ese orden) cada vez que ejercemos nuestra maravillosa profesión:

"Un buen profesor es aquel que muestra lo que sabe; el mejor profesor es el que enseña lo que es"


viernes, 20 de noviembre de 2015

Réplicas gigantes de cascos de la saga Star Wars en Madrid

Plano de localización de cada réplica en Madrid
Los fans de Star Wars estamos de enhorabuena. Con motivo del cercano estreno de la nueva película de la saga "El despertar de la Fuerza" (18 de diciembre), el Ayuntamiento de Madrid junto con Disney España han decidido brindar a los madrileños de una exposición de cascos gigantes al aire libre. Esta "colección" bautizada como "Face the Force: Expo Madrid" cuenta con un total de 8 cascos representativos de la saga, repartidos por lugares emblemáticos de la capital, siendo al menos la mitad de ellos de personajes de la trilogía clásica y los restantes pertenecientes al nuevo filme. Estarán con nosotros desde el 31 octubre hasta el próximo 30 de noviembre por lo que, si queréis ir, hacedlo ya.

No me enteré del evento hasta que mi amiga Cristina decidió pasarme el enlace de una noticia que lo anunciaba. Al leerla, en el primero que pensé fue en mi primo pequeño (por parte de madre), que, como yo, es un gran fan de la saga y se me ocurrió que, junto con mi hermano (y con el increíble Abono Joven del que los tres disponíamos) no había excusa para no aprovechar alguna mañana y disfrutar tanto de la propia exposición como de nuestra querida ciudad. No obstante, a pesar de la información detallada que se podía obtener por los diferentes medios de comunicación en esos días y posteriores, seguía sin conocer la localización exacta de cada uno de ellos y, como "no capitalino" que soy de la gran urbe, fue gracias a un vídeo subido a YouTube con capturas de las localizaciones lo que me permitió trazar el itinerario que deberíamos de seguir (en transporte público, por supuesto) para llegar a cada uno de ellos.

Un día, tras acercarme a visitar a mi prima y hablando de lo "verde" que estaba en cuanto a movilidad en transporte público se refería (también dispone del nuevo Abono Joven), mencioné la idea y se me ocurrió invitarla con el fin de aprovechar la salida, pasar un día en pleno centro, y de paso, enseñarla un poco a moverse por la red de transporte. También conseguimos que se apuntara mi otro primo (con el mismo problema que ella) por parte de padre (también con Abono) de forma que, al final, resultó ser una "primada" en toda regla.


"Stormtrooper" frente al "Reina Sofía"
Tomando Fuenlabrada como punto de encuentro entre mis dos primos por parte de padre, mi hermano y yo, nos pusimos rumbo a Aluche para recoger al pequeñajo (aunque le llamo así es un hombrecito, pues ya está en sexto de primaria) y comenzar la ruta por fin. Nuestra primera parada fue en Atocha, donde les estuve explicando la división en vías de cada línea y el plano de la red de Cercanías (indispensable conocer o saber interpretarlo cuando te mueves). Así llegamos al primero de ellos, situado enfrente de la entrada del museo "Reina Sofía" y perteneciente a un Soldado Imperial o "Stormtrooper".  Acto seguido, subimos calle arriba (C/ Alfonso XII) hasta llegar a una de las grandes puertas del Parque del Retiro, con la Puerta de Alcalá a nuestras espaldas, llegando al segundo de nuestros objetivos. El casco era perteneciente a la nueva generación de Soldados de Asalto del Imperio (y he de reconocer que son de lo más chulos). 

Nueva generación de "Stormtrooper"
Como era de esperar, un lugar un tanto más concurrido que el anterior tenía un mayor público, así que nos costó un poco más sacar la foto. Aprovechando que estábamos allí también nos sacamos algunas fotos juntos con el fin de "inmortalizar" aquel momento. Después, nos dirigimos calle abajo (C/ Alcalá) para llegar a Cibeles, enseñarles el actual edificio-sede del Ayuntamiento (para sacarnos más fotos) y terminar cogiendo el Metro (con explicación previa del plano de este servicio) más cercano (Banco de España), ir hasta San Bernardo y hacer trasbordo a la línea 4 hasta Bilbao, donde nos aguardaba el casco siguiente, el icono del miedo galáctico durante generaciones, el temido rostro del Lord Sith Darth Vader. Desgraciadamente nos llevamos una sorpresa, dado que el propio casco, por lo visto (y corroborado en los siguientes días por las noticias) sufrió una serie de desperfectos (cómo no, siempre tiene que haber gente de todo tipo en este mundo) que obligaron la retirada de la parte de arriba, dejando la parte de la cabeza totalmente al descubierto y no fue el único (al día siguiente de inaugurarse la exposición el casco de Puerta de Alcalá también sufrió una pintada). 

Darth Vader saboteado
Darth Vader restaurado




















Capitán "Phasma" y su acólito, mi primo
Por suerte pude acercarme hace pocos días para averiguar que nuevamente volvía a lucir con su casco completamente reparado y dispuesto a posar con todo aquel ciudadano que se dejase caer por allí, ya fuese de forma casual o premeditada. Siguiendo en la línea 4 de Metro nos desplazamos hasta Colón, donde nos esperaba el segundo, del llamado capitán Phasma. La única diferencia que tenía con el segundo casco que vimos (el de la Puerta de Alcalá) era el acabado plateado, que lo dotaba de una elegancia de lo más especial y, aunque en la foto no se aprecia con totalidad, me resultó uno de los mejores de la exposición, sin lugar a dudas. 
Piloto Imperial
Ya para finalizar, fuimos a visitar el quinto (y para nosotros último) de las réplicas, situada en la Calle de Embajadores (parada de Embajadores) y que pertenecía a un piloto imperial, también de las antiguas películas y uno de los que más me gustó de todos por su "autenticidad". Los dos restantes, pertenecientes a pilotos rebeldes, creo que no suponen una gran pérdida. Uno de ellos logré verlo de lejos pasando por la Gran Vía (frente a la parada de Plaza de España) y el otro, según las fotos, no parecía muy diferente a éste. En cambio, ayer se me presentó la oportunidad de salir con mi hermano y conseguí la foto del casco de Darth Vader al completo y otro de los nuevos soldados imperiales, el Flametrooper, situado al lado del estadio Santiago Bernabéu.

El último que he visto, el "Flametrooper"

Personalmente, me ha parecido una propuesta estupenda para promocionar la nueva película a pie de calle, sin necesidad de tener que pagar para poder disfrutarla (dejando a un lado la mezquina respuesta de aquellos que se dedican a deteriorarlas). Creo que algo así nos demuestra que todavía existen cosas de carácter gratuito que se pueden aprovechar en compañía de quien más te apetezca, desde tu pareja o familia hasta tus amigos. También me gustaría desde aquí felicitar a los artistas que han hecho posible estas réplicas y del gran trabajo que han realizado, pues el grado de exactitud es impresionante.


Esta salida me ha recordado lo bonito que es estar en familia, y más enseñando a gente (no cualquiera, a mis primos) que apenas se conocen estos lugares que para ti tienen tras de sí una serie de recuerdos de experiencias pasadas, de momentos, de personas,.... entre risas. 

Mis primos (y mi hermano también) parece que pillaron el truquillo del transporte público y fue una mañana de lo más divertida, cultural y educativa. Espero que pronto podamos repetir otra salida con estas características y seguir moviéndonos por esa ciudad que nunca duerme y que, al menos a nosotros nos gusta tanto por su belleza, su encanto y la mayoría (los vándalos que hicieron eso al casco de Darth Vader y al nuevo Stormtrooper se quedan fuera, desde luego) de sus gentes. Y ya hablando de esta "gente" (por referirme a ellos de algún modo), decirles que estaría bien que en lugar de causar desperfectos aprendiesen un poquito de ciudadanía, que nunca está de más, y que si no lo hacen por nosotros al menos lo hagan por los más pequeños, que siempre son los que lo viven con más ilusión.

Nada más y nada menos lectores. ¡Que la fuerza os acompañe! 


sábado, 31 de octubre de 2015

Halloween

Hoy es un día marcado en los calendarios de mucha gente. La celebración de "Halloween" supone la emersión de los disfraces, las calabazas, los dulces, las historias sobre fantasmas, brujas, demonios... y todo aquello que representa una cara del miedo. Todos estos elementos resultan ingredientes indispensables de un plato a degustar por todos nosotros, en especial para los más pequeños (aunque no siempre es así), en una noche en la que la diversión cala en el ambiente de un modo deformado con las bromas de mal gusto y las gamberradas, disfrutando a través del miedo. También nos brinda la oportunidad de ser otro, ponernos en otra piel y hacer cosas que en otras circunstancias no haríamos. Una noche al año en la que "todo" se permite (y quizás sea por eso por lo que lo soportamos). Para aquellos creyentes en lo oculto, "Halloween" supone una noche en el que el velo que separa la vida de la muerte se desdibuja y se entremezcla, permitiendo que aquellos poderes sobrenaturales que residen en la Tierra actúen con más fuerza que nunca y, en aras de exprimir al máximo su potencial, se llevan a cabo rituales de lo más oscuros. Un día (quiero decir, una noche) en la que vivos, muertos y otros seres desconocidos coexisten y pueden pasar de un plano a otro con la mayor facilidad existente. No obstante, ¿de dónde proviene esta festividad?¿por qué se hacen las cosas que se hacen en esa noche?¿cuál es el sentido de las mismas?... sigue leyendo y lo descubrirás.

La festividad de "Halloween" tiene su origen en los Celtas, un pueblo guerrero que habitaba las zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Como otras culturas antiguas, disponían de un calendario, que era dividido en dos mitades: una luminosa y otra oscura.


Por un lado teníamos la primera de las mitades mencionadas, la de la luz, Beltane, y la otra, la oscura, la que nos interesa, Samhain. El Samhain celebraba el festival de la cosecha, muy ligado a la vida y la muerte, pues la presencia de cosecha significaba alimento y la vida y su ausencia, por el contrario, la muerte. Además, también suponía una transición, un paso de la mitad luminosa a la oscura, y por eso ya desde entonces se creía que vivos y muertos se mezclaban. Surgían apariciones de las sombras, en especial de un animal que hasta la actualidad está asociado con lo tenebroso, lo inquientante, el mal presagio: el murciélago. Dado que por aquel entonces no existía la electricidad y la única fuente de luz que había era la proveniente de las antorchas y hogueras, la aparición del murciélago alrededor de las mismas, debido a la gran cantidad de insectos que las rondaban atraídos por la luz (y una de sus fuentes de alimento), a la par que su condición de animal nocturno, causaba un gran temor entre los celtas. 

Más tarde, fue el cristianismo el siguiente en dar un empujón a esta festividad, adoptando (curiosamente, en lugar de suprimirlas, como cabría esperar) la mayoría de las costumbres paganas con el fin de favorecer la conversión. Una de ellas fue una festividad, el Lemuria, fechado el 13 de mayo como día de todos los santos ("All hallows day") para los romanos. Dado el gran éxito que tuvo, posteriormente se trasladó al día 1 de noviembre para restar fuerza al antiguo Samhain, su víspera, que, con el paso del tiempo, su denominación fue variando. La gente en un principio lo denominó "All hallows evening" (tarde de los santos) y evolucionó hasta "All Hallow even" para acortarse hasta llamarse "Halloween", que es como lo conocemos hoy día. Además, la Iglesia dio un paso más y puso otra festividad, la del 2 de noviembre, como día de todos los cristianos, convirtiéndose en el día de todos los difuntos, un día autorizado por los cristianos en honor a ellos. 

En la Edad Media, los cristianos solían rezar por estas fechas por aquellas almas que se encontraban en el Purgatorio, atrapadas. Existía la creencia de que un número suficiente de oraciones podía permitir que una de esas almas subiese al cielo. Fue entonces cuando los niños (especialmente los más desfavorecidos, los mendigos)  aprovecharon para recorrerse casa por casa pidiendo un dulce, los "pastelillos de alma" (ricos en pasas) a cambio de oraciones para aquellas almas (posible origen del actual "trick or treat?" o "truco o trato" de ahora).
Otra de las muchas preocupaciones de los cristianos eran las brujas, consideradas aliadas de Satán, que a veces sólo resultaban ser solitarias curanderas con remedios poco frecuentes. Fue entonces cuando, cualquier objeto cotidiano del que disponían estas mujeres o "brujas" se dotó de poderes o se relacionaba de forma directa con la magia negra: por un lado, su escoba, como medio de transporte; por otro, el sombrero en forma de pico, que resultaba una variación del sombrero de campo de la época que tenían prácticamente todas las mujeres; también el famoso caldero o "marmita", muy común también en el hogar de cualquiera para cocinar, y que se creía que se utilizaba para hacer todo tipo de pociones o brebajes; por último, el gato negro, asociado también con las brujas, debido a su condición de animal enigmático y relacionado, posteriormente, con la mala suerte y el mal augurio.

Otro de los elementos importantes, las máscaras, se empezaron a utilizar para ocultar la identidad de aquellos que en las fiestas sufrían los efectos de las grandes dosis de alcohol. En el siglo XVII, en Inglaterra, la gente se disfrazaba y se hacían pequeñas representaciones a cambio de comida. Además, también tuvo lugar en este siglo un ataque (más concretamente el día 5 de noviembre de 1605) a las Casas de Parlamento de Londres perpetuado por un hombre, Guido Fowkes, y sus cómplices, para asesinar al rey Jacobo I y al resto de lores de la cámara con dinamita. Su conspiración fracasó y fue arrestado y ejecutado públicamente. Según dicen, también despedazado y arrojado (sus restos) a la hoguera. Desde entonces en Londres se celebra "La noche de Guido Fowkes" o "Noche de las hogueras", que, por la proximidad con Halloween, podría haber tomado prestadas ciertas tradiciones.

"Noche de Guido Fawkes" o  "Noche de las Hogueras" en Londres
También estuvo muy presente en esta festividad por un tiempo la figura del Coco, una especie de fantasma amorfo que atemorizaba a los niños esperando bajo su cama, daba golpes en los cristales, se escondía en las casas tras la puerta para llevárselos...

Pero sin duda, si hay un elemento que más llama la atención de Halloween y que más lo caracteriza es la calabaza. Surge gracias a una historia, la de un hombre, Jack O' Lantern que era tan malvado que fue expulsado del infierno. El demonio, en un ataque de generosidad, le dio un ascua del infierno dentro de un nabo, para que viajase a través del mundo con esta pequeña lámpara. El pequeño nabo de la historia se fue dejando atrás para dar paso a la calabaza, cosechada por estas fechas, y fue así como, mezclando elementos anteriores, se las fue tallando y dando personalidad. El rostro de las "Jack O' Lantern" recuerda mucho a la muerte, a los esqueletos, a lo horripilante,... comenzando de esta manera a aunarse varios de los anteriores elementos.

Poco a poco la fiesta fue consolidándose, hasta el siglo XX, en el que las gamberradas que se hacían en un principio se tornaron en bromas destructivas (pastillas de jabón para que provocar descarrilamientos, incendios, rotura de puertas (algunas de lugares donde había ganado, para que se desperdigara), rotura de cristales con piedras u otros objetos...) hasta que en 1933 tuvo lugar el primer "Halloween Negro" de la historia. Ante tales actos vandálicos el gobierno tomó cartas en el asunto y, gracias a instituciones como las Iglesias y los colegios se empezaron a desarrollar actividades con el fin de satisfacer la sed de bromas de los más jóvenes y evitar este tipo de altercados. Pronto se empezaron a vender los primeros disfraces confeccionados y la televisión y la industria del cine comenzó a hacerse eco de ello. La primera, a través de series de televisión mientras que la segunda, a través de largometrajes como el famoso "La Noche de Halloween", que supuso un hito en género del terror de la época (y que llega hasta nuestros días) alimentando, en cierta manera, el miedo de esa noche y cambiando por completo el significado inicial de la máscara (comentado más arriba).  Los niños, que al principio se disfrazaban de todo tipo de personajes (de televisión, de cómics, ídolos...) empezaron a dar mayor paso a los monstruos, fantasmas, brujas, demonios...que hoy día conocemos. Incluso personajes de la cultura (políticos, por ejemplo).

En la actualidad, una fiesta que se concebió prácticamente en el seno de los más pequeños, ha hecho que se practiquen desfiles de todas las edades en todo el mundo. Antes, eran los niños los protagonistas de esta fiesta; ahora, no existe un perfil comprendido en una edad, pues hasta los propios padres se disfrazan para ir a pedir dulces con sus hijos casa por casa. Quizás, esto, en parte, se deba a la desconfianza que se tiene a los desconocidos, después de una serie de historias (sin saber hasta qué punto son fidedignas o no) de manzanas con cuchillas y caramelos envenenados que han dotado a la fiesta de más temor aún (si cabe). 

El caso es que, al final, esta festividad es la manifestación personificada de los terrores humanos, es la capacidad de ser alguien que no eres y/o quien te gustaría ser, un modo de "hacer frente" a esos miedos que tanto nos atormentan y que se encuentran en los rincones más recónditos de nuestra mente, que nos acechan y están esperando a liberarse en una noche como esta burlándonos de ellos. Cuidado lectores, que esta noche, vuestros peores pesadillas podrían hacerse realidad muahahahaha.

¡Feliz Halloween!.

jueves, 8 de octubre de 2015

"The Pyramid"

Con el fin de estrenar otra sección más del blog, he decidido hablaros de una película que vi hará unas tres semanas aproximadamente y que me dejó con "buen sabor de boca": "The Pyramid" (La pirámide).

Se trata de un filme estrenado el año pasado, en 2014, hace ya casi un año, concretamente el día 5 de diciembre. Aunque la crítica más bien la tachó de "repetitiva" "poco original" y con situaciones "forzadas o inverosímiles" (sin entrar en la crítica que hicieron al propio reparto) para mí ha sido una buena película (no de diez, desde luego) que me ha servido de entretenimiento una noche en la que tenía ganas de evadirme un tanto de la vida rutinaria y meterme en la "piel" de los protagonistas o al menos ser un observador de lo que les ocurre en un buen marco como este. Antes de empezar deciros que, al igual que con la serie "Revenge", nadie me recomendó verla. Mi interés por ella surgió de ver un tráiler orientado al alquiler (previo pago) en la sección de Videoclub de mi operador y decidí aventurarme (y no salí escaldado, que conste). Aunque no dispongo de los conocimientos de un crítico experimentado (puesto que no lo soy), haré un análisis más bien normalito, y luego ya cada uno que se guarde lo que considere, decida aventurarse como yo o no hacerlo, aunque creo que nunca se pierde nada si la ves en casa o con amigos, salvo tiempo, en el caso de que no te agrade.

Ya de entrada nos sitúa en pleno Egipto, una expedición financiada de por medio y una pirámide que se ha descubierto recientemente (el contexto temporal en el que se desarrollan los hechos coincide con el año de estreno, el 2014) que cuenta con una peculiaridad, cuanto menos, intrigante: no tiene cuatro caras, sino tres, de manera que, en lugar de ser una pirámide cuadrangular (un cuadrado como base), tiene un triángulo de base, por lo que se trata de una pirámide triangular (ya de primeras saben captar la atención del espectador). Para una persona de a pie con ciertos conocimientos del mundo egipcio se sabe que hay pocas excepciones en cuanto a la construcción de pirámides (la única que se me viene a la cabeza inmediatamente es la pirámide escalonada de Saqqara) por lo que han sabido cómo empezar a suscitar el interés por continuar con la historia desde el punto de vista de nosotros como observadores.

Pirámide de Saqqara, la más antigua y excepcional en su especie
Pues bien, el famoso equipo la desentierra y, tratando de encontrar un posible acceso a la misma, caen en una antigua trampa egipcia que consiste en meter cierto componente tóxico a modo de gas que sale disparado a presión al exterior una vez se intenta acceder. En la película se ve que los efectos de éste eran convulsiones aunque en otras parecidas del género actuaba a modo de potente ácido que quemaba la piel (desconozco si están basadas en trampas reales o son pura invención hollywoodense, pues lo he visto en varias) y es aquí cuando imagino que, como en muchas otras ocasiones, la curiosidad humana (como yo siempre he dicho) es un combustible de lo más potente por lo que, a la par que los "protas" piensas "y ¿por qué no seguir con la expedición, a ver qué ocurre?". La primera traba surge a los pocos minutos de la película, cuando les ordenan abandonar el lugar, lo que motiva aún más a nuestras "estrellas del momento" a quedarse, en contra de todo pronóstico. Aunque muchos ya pensaréis "esta es la típica historia en la que ahora entran a la pirámide y no sale ninguno o sólo unos pocos vivos de milagro" pues, nos vuelve a sorprender y quien entra de primeras a la antigua construcción es un pequeño compañero robótico con un equipamiento propio de la NASA (nada más y nada menos). Los protagonistas explican (de forma indirecta, claro) que allá abajo debe de haber unos niveles de oxígeno bajos e incluso creo que llegan a hablar de altos niveles de radiación (por la cantidad de tiempo que permanece cerrado). Entra el robot (muy gracioso, por cierto, y me recuerda un poco a Wall-E) y llega un momento en el que "algo" lo ataca dejando sin imagen al equipo, que está en el exterior (seguro que son ratas, como se creen).

¿No es demasiado grande para ser una rata?
He aquí la excusa perfecta para que se adentren ellos mismos, empujados por el "encargado" del material del robot (muy caro, como es de esperar). Sólo entran y, tras varios minutos, se dan cuenta de que están "perdidos". Los largos pasillos y cruces del interior, diseñados (y esto sí que forma parte de la realidad) para seguir perpetuando el descanso eterno de sus faraones hacen para aquel que no ha estado jamás en ellos le resulte complicadísimo (si no imposible) orientarse de algún modo. Al rato encuentran (milagrosamente) a nuestro mecanizado amiguito (destrozado por lo que quiera que le haya atacado) y, piensan "ya que estamos aquí...". Continúan su exploración hasta llegar a una cámara cerrada que, para su sorpresa, se derrumba bajo sus propios pies, adentrando a un nivel inferior a (ya en este punto de la película) nuestros compañeros de aventuras. Uno de ellos queda atrapado con escombros y, ante la excusa de "vamos a buscar ayuda, quédate aquí solo" siguen adentrándose aún más "buscando una salida".

A lo largo del camino empiezan a sufrir ataques de ese mismo algo que atacó a nuestro Wall-E real, y se descubre el misterio, aunque surgen otros cuantos que te mantienen atento a lo que sigue. Ya tirando hacia el final descubres la relación que tiene todo con la mitología egipcia (tranquilos, que si queréis verla no os lo destriparé) y fue ahí, donde verdaderamente me hizo reflexionar.

Si os animáis llegaréis a atar más cabos que si os quedáis en esta simple entrada y en mi reflexión. En mi caso hizo que me replanteara el por qué de las creencias (no en general, que ese es otro tema) politeistas (en varios dioses). Creo que como todo, tendría su razón, y quizás los egipcios pensasen "¿para qué tener un Dios que controle todo pudiendo tener uno para cada cosa?" y algo así pensarían los griegos y romanos después de ellos. La primera característica que les diferencia de los últimos es que eran dioses mitad humanos mitad animales, lo que les dota, en primer lugar, de esa combinación entre lo más racional y lo más instintivo, algo "supremo" con respecto al resto de deidades de otras culturas.

No obstante, para alguien como yo que se cree que las cosas no ocurren porque sí, me empiezo a replantear si verdaderamente esa creencia tendría algún tipo de base "real" (ver la película y lo entenderéis). Quizás no algo tan fantástico como lo que se podría creer de primeras (ver un hombre con cabeza de halcón), pero sí algo que les motivase a tener más de un Dios, y, lo más importante, que les dotase a cada uno de su propia identidad (el Dios Toth con cabeza de ibis el encargado de la música, los hechizos, las ciencias...; el dios Ra con cabeza de halcón la deidad vinculada al Sol; Anubis, mitad hombre mitad chacal asociado a la protección de los muertos...).


También creo que está estrechamente relacionado con la visión que tenían de la muerte (en la producción se hace referencia), que lo veían como un viaje, facilitando al difunto todo tipo de objetos, artefactos, alimentos....que hiciesen de su viaje una travesía confortable y, en última instancia, el juicio con la balanza en la que se colocaba, a un lado, la pluma de Maat (la verdad y la justicia) y al otro, el corazón del fallecido (escena del juicio de Osiris de "El libro de los muertos"), y pobre para aquel que su corazón pesase menos, ya que era devorado por una bestia, Ammyt, que surgía de la mezcla de varias partes de varios animales y sólo su aspecto es aterrador.

De izda a dcha: primera, el difunto acompañado por Anubis; a continuación, Anubis, la balanza con el corazón a la izda y la pluma a la derecha y la bestia Ammyt, esperando; por último, el fallecido entre Toth y Horus frente a Osiris (sentado).

Ammyt, la famosa devoradora de corazones
Además me ha hecho darme cuenta de que al final siempre reside esa esencia de moralidad, algo que, a pesar de la evolución de las culturas y por ende, los dioses, ha perdurado en el tiempo con el fin de "mantener en el buen camino al individuo si no quiere consecuencias nefastas en el plano no terrenal" una "elección" (aunque en cierta forma también resulta imposición, pues si no sigues el "buen camino" no sólo se te castiga sino también se te priva de todo lo bueno de esa vida) que se encuentra motivada por el miedo al castigo, evitando el fatídico destino y accediendo a la vida eterna por la puerta grande (y nunca mejor dicho). Ahí os dejo con ello.

Gracias y ¡hasta la próxima!. 

martes, 29 de septiembre de 2015

"Revenge"

Hola a tod@s.

En la entrada de hoy os hablaré de una de mis series favoritas: "Revenge".




"Revenge" no es una serie cualquiera. Sin duda, una de las cosas que me atrajo de ella es la buena capacidad para combinar acción, amor, traición, intriga, celos, secretos y humor a partes casi iguales. Se trata de una producción de la cadena americana ABC de género dramático (aunque como ya he dicho tiene de todo), productora de otros títulos de series conocidas como "Castle", "Once upon a time", "Lost", "How to get away with murder"..., de manera que ya de entrada nos "asegura", en cierto modo, la buena calidad de la misma. No comencé a verla por recomendación de nadie, si no por simple "curiosidad" propia y el resultado han sido cuatro grandes años de entretenimiento, varias enseñanzas y como consecuencia, uno de los primeros puestos en mi ranking de series.


El episodio piloto comienza con una gran frase de Confucio ("antes de embarcarte en un viaje de venganza, cava dos tumbas"), y nos sitúa directamente en "Los Hamptons" (Nueva York), lugar de veraneo de la gente adinerada, la sociedad de "alto standing", en un escenario abrupto en el que no conocemos de nada a los personajes, y, tras pocos minutos de diálogos e incomprensión por parte del espectador, se producen varios tiros y una muerte. Poco después nos lleva de vuelta al pasado, situándonos en un punto bastante posterior a donde comienza la serie, el verdadero principio, presentándonos a cada personaje e incluso permitiéndonos el lujo de poder diferenciar a héroes de villanos desde un primer momento. La historia nos habla de Amanda Clarke, una joven a quien le arrebataron la vida que estaba destinada a vivir en "Los Hamptons" junto con su padre, David Clarke, internándola en un centro para menores y culpando a su padre de terrorismo, y haciendo a éste responsable del atentado en un avión comercial, el 197, (nada más lejos de la realidad), cuando lo cierto es que fue utilizado como cabeza de turco y posteriormente asesinado en la cárcel cuando cumplía condena. La masacre en realidad fue llevado a cabo por Conrad Grayson, patriarca de la familia Grayson, una familia de categoría muy alta (viven en una mansión que se conoce por la zona con el mismo nombre de la familia que habita en ella) y que causa temor y a la vez respeto entre la sociedad de ricos que tienen por costumbre veranear por allí. Desde este momento, dicha familia se convierte en el objetivo principal de Amanda, que busca "justicia" al más puro estilo de "El conde de Montecristo", de Alejandro Dumas, novela en la que se basa la serie. Pero claro, si los Grayson son tan poderosos, produjeron dicho atentado y culparon y asesinaron a David Clarke e internaron a por aquel entonces aquella inocente Amanda... ¿no teme ella por su vida a la hora de ir a por esta familia de villanos?.

La respuesta es no, dado que cuenta con su mejor baza: ha cambiado su identidad por la de Emily Thorne para evitar ser reconocida y así poder limpiar el nombre de su padre sin dejar huellas. El único legado con el que cuenta Amanda/Emily de su padre son unos diarios en los que relata con detalle quiénes son todos aquellos involucrados en la masacre (aparte de los Grayson) que sufrirán la ira de esta mujer a la que una vez arruinaron la vida, especialmente Victoria Grayson, la matriarca, que tuvo un romance con su padre y que fue clave a la hora de culparle y acabar con él. La puesta en escena de ambas a la vez se considera un auténtico "duelo de titanes" en las que los cuchillos (en el sentido metafórico de la palabra) vuelan entre las dos y no hay "quién" o "qué" se interponga en su eterna rivalidad. Además, Amanda/Emily tendrá que reencontrarse con viejos amigos de la infancia, como los Porter (padre y dos hijos) siendo uno de ellos, Jack, su "amor" de la infancia, o Nolan Ross, antiguo amigo y socio de David y un gran aliado para Amanda/Emily a lo largo de toda la producción. 

Te mantiene enganchado de principio a final de cada episodio. Con un total de 4 temporadas (primera muy adictiva, segunda con una mitad un tanto liosa y con la otra mitad junto con la tercera y la cuarta brutales) cuenta con un total de 89 episodios (22+22+22+23). Este viaje se convierte en una gran lección, tanto para la protagonista como para nosotros, los espectadores, de "búsqueda de identidad". Por si esto fuera poco, a pesar de llevar como título (revenge = venganza) y como bandera la venganza, hace descubrir que más que un camino de "recompensa final y conciencia tranquila" acaba teniendo más pérdidas que ganancias. Como seguidor te hace valorar el amor de la familia gracias a su ausencia en la serie (en el caso de Amanda/Emily) y presencia deformada (los Grayson), desarrollando una gran empatía por la protagonista (sin mencionar las reflexiones que hace a modo de apertura y cierre de cada capítulo) y apreciar en tu día a día el valor y sentido de las relaciones amorosas, de amistad, de lealtad... y que en la trama tienen tanto peso, determinando el futuro de cada personaje, tensando en algunas ocasiones el hilo que separa la vida de la muerte. Como no podía ser de otra manera y en una serie como esta, se observa una gran e interesante evolución de los personajes conforme van experimentando situaciones, todo ello en un marco de poder a través del dinero e intereses personales a cualquier precio (y nunca mejor dicho) y en el que nunca terminas de conocerles del todo o saber hasta qué punto son capaces de llegar cada uno de ellos, sorprendiendo en numerosas ocasiones. Sin duda alguna una gran apuesta para entretenerse en cualquier época del año por lo que la recomiendo encarecidamente. Si habéis leído esta entrada y el resumen os ha gustado, os animo que la empecéis a ver o al menos darle una oportunidad. Probablemente me deis las gracias.

¡Un saludo y gracias por vuestro tiempo!.